
En su edición 2049 Caretas incluye el reportaje Guerra Desatada. La información es buena pero las fotos dan que hablar. La foto que abre el reportaje es chocante, por decir lo menos. Los lectores no necesitamos que nos muestren, en primer plano, fotos de un joven asesinado por los terroristas. Menos aun, si la foto muestra que dicho joven terminó con el ojo reventado.
¿El editor de fotografía y los directivos de la revista se han puesto a pensar en el inmeno dolor que pueden haberle causado a sus familiares?; se han puesto a pensar que muchos padres y jóvenes verán el servicio militar voluntario como algo peligroso y rechazable?
En las páginas 54 y 55, Caretas publica cinco fotos más y una de ellas, resulta igualmente chocante. Es innecesario que Caretas publique en primer plano, la foto de la cabeza de un joven que fue rematado por los terroristas con un disparo en la cabeza.
Ninguna de las fotos que comento resulta necesaria, no entregan información visual que enriquezca el reportaje o que ayude al lector a comprender mejor lo que ocurrió. Los peruanos, la mayoría de nosotros por lo menos, reconocemos cuán sanguinarios pueden ser los terroristas, sabemos cuán violentos son sus ataques. Fotos así no nos revelan la violencia de los hechos ni las difíciles condiciones que enfrentan nuestros compatriotas militares para vencer a los terroristas. Nosotros lo sabemos. Esas fotos son innecesariamente chocantes.
Chocante también es la forma como la revista usa la foto del general EP. Luis Cornejo en la página 55. En medio de fotos dramáticas y junto a una foto grande donde se ven bolsas con cadáveres, Caretas incluye la foto del general sonriente. Todo un contrasentido.
La composición de esa página revela que Caretas no tuvo criterio al diagramarla. Eso está claro. Pero algunas personas podrían aprovechar la composición para decir que al general no le importan las víctimas de ese ataque. Caretas erró de cabo a rabo al publicar la foto de un general sonriente junto a fotos de soldados que murieron cumpliendo sus órdenes.
Alejandro Reyes Otero.